LIBROS DE CINE (2): CROMA, de DEREK JARMAN
LIBROS DE CINE . NOTASEL CANARIO ENJAULADO CANTA MEJOR
por Rodrigo Buedieman
Croma
Derek Jarman
Editorial Caja Negra, 248 páginas
Croma no es estrictamente una autobiografía sobre Derek Jarman, ni una reflexión sobre su obra o el cine en general. Los textos vibran dentro de esos límites. Van y vienen dentro de un caos indefinido, como varios de los libros de directores cinematográficos que ha editado la magnífica editorial Caja Negra. Los píxeles de Cézanne de Wenders, Mis modelos de conducta de John Waters y 120 historias del cine de Alexander Kluge, todos ellos editados bajo el mismo sello, se empeñan en tomar un objeto que de cuenta de su visión del mundo. Esto es, del mundo circundante, el director selecciona con un halo inocente elementos a pensar que den cuenta de su interior para escamotear su figura y la clave autobiográfica. He aquí un patrón. Habría que deliberar si es un modelo propuesto por la editorial o una constante en ciertos directores, con mayor incidencia en el viejo continente.
El caos del libro es regulado por el color. Cada capítulo se encuentra separado por una página azul, que a su vez abre juego a presentar un color distinto. En la impresión que produce un cuerpo cuando absorbe los rayos de luz, Jarman encuentra el orden; y cada vez que el elemento autobiográfico pide ver la luz, marca el territorio: “Me estoy desviando de la senda del color, el verdadero propósito de este libro”.
Lo complejidad se presenta en la presencia autobiográfica del color. En esos pasajes es cuando el libro toma vuelo. Jarman escribe Croma una año antes de morir cuando el VIH hacía estragos en su cuerpo:
“Mi piel ya no acepta al mundo, lo rechaza”
Ya había perdido la visión del ojo derecho y se encontraba finalizando la que finalmente sería si última película: Blue, cual consiste en una única imagen, un fondo azul que llena la pantalla durante 79 minutos acompañada de una banda sonora y una voz en off organizadora. Una imagen azul abstracta, el intento de construir una NO-imagen que condene al ojo humano a la condición del virus: su invisibilidad. No podemos ver el virus, ha dicho Jarman en una entrevista.
“De noche sueño con el color.
Algunos sueños los sueño en colores.
Los sueños del color LOS RECUERDO.”
Si bien, cita textual del libro: “decidí que este libro no tuviera fotografías en color, porque no sería otra cosa que un torpe intento de atraparlos”, unas páginas antes escribe: “el contexto cambia en el modo en que lo percibimos”. No es necesariamente una contradicción, más bien evidencia que el color en Jarman es una presencia visible, pero que se constituye como perceptible a través de su invisibilidad. Quien vendría a restituir la presencia del color, es la imagen mental como producto de la experiencia; a partir de ahí, empezaría un proceso de reconstrucción de la impresión del color que cada uno de nosotros tenemos. En el libro abundan los ejemplos. El rojo social. La mesa caoba (La cena está servida en una reluciente mesa de caoba). El azúcar morena. El negro no tiene limites (La imaginación corre en la oscuridad). La actriz envenenada (Adrienne Lecouvreur fue asesinada por un amante celoso con un ramo de violetas envenenadas). Inyecciones para resguardarse de la fiebre amarilla. La mandarina le dio su nombre a un color. El gris es su estado mental (como adjetivo a los hombres que manejan el dinero). La comparación entre los zapatos rojos de Judy Garland en El Mago de Oz (el deseo y la buena suerte que le permiten regresas a Kansas) y las zapatillas rojas de la película de Powell y Pressburger (Moira Shearer baila hasta morir).
HACIA EL AZUL
Sobre el comienzo del libro, Jarman escribe: “dejé libros sin leer y cuadros sin pintar”. Croma es el caos de todo lo que no pudo ser. Es un libro de sueños, colores y referencias. El título es un intento de conspirar y exorcizar al mismo tiempo dos estados. El título alude a esa dualidad. Croma puede referirse al grado existente entre un color y un gris de su misma luminosidad o a una técnica audiovisual que extrae un color de la imagen y se reemplaza el área que ocupaba ese color por otra imagen o video.
El capítulo dedica al color azul es el más personal, el que podría considerarse estrictamente autobiográfico, su último suspiro.
“Habituado a creer en la imagen, en una idea de valor absoluta, su mundo ha olvidado el mandamiento fundamental: No te harás ninguna imagen, aunque sepas que tu tarea es llenar la página en blanco. De lo más hondo de tu corazón, reza por ser liberado de la imagen.”
La lectura de Croma no es inexcusable, pero al igual que sus películas, producen que el mecanismo perpetúe el movimiento. Basta con ver sus primeras películas como Sebastiane y The Angelic Conversation o la caótica punk Jubilee, para entender que Jarman, si bien no fundamental, es un director necesario.
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