FESTIFREAK 2018 (1): El silencio es un cuerpo que cae | Agustina Comedi (2017)
FESTIFREAK . FESTIVALESLA DIFERENCIA QUE NO SE DEBE EXPLICAR
por Rodrigo Buedieman
Un tímido pero preciso paneo empieza por los pies, luego por los muslos, se descubre el aparato genital masculino para finalizar con un zoom out digital que direcciona la mirada a uno de los torsos más reconocibles del universo. El ceño fruncido en el rostro de David es una certeza. Una escultura de mármol blanco de un hombre musculoso anticipa la tensión contenida dentro del corpus familiar de la realizadora. El cuerpo expuesto de David como síntoma de la indagación sexual, el ocultamiento de la identidad y la pesquisa autobiográfica a partir del material del archivo.
La indagación es sencilla, pero no excluye que sea compleja y rigurosa. Jaime, padre de la realizadora, fallece en un accidente dejando un registro compulsivo de cientos de horas de videos y la omisión de una verdad nunca confesada. La directora tenía solo doce años. La premisa es si el material de archivo puede de alguna forma interpelar el presente.
La década del ´80 probablemente tenga infinidad de hechos históricos que aún repercuten en cómo adjetivamos nuestra existencia, como por ejemplo la caída del muro de Berlín a fines de la década. Pero hay uno hecho en términos ontológicos que complejizó la apariencia y permanencia del ser en la imagen: es indudable que la aparición de las videocámaras en cada hogar reconfiguró una nueva de forma de relacionarse y mostrarse en el mundo que se mantiene hasta la actualidad con las historias (habría que pensar en profundidad si deberían denominarse así) de instagram.
Un primer problema que la película permite plantear es la relación entre “lo autobiográfico” y el cine, o para ser más precisos, por qué la historia personal debería ser pensada y puesta en escena en una película, por qué debería el cine ser un vehículo de purificación de las emociones, por qué el espectador tendría que sentarse en una sala oscura a contemplar la liberación que produce la catarsis de otro, a fin de cuentas, por qué el cine debería ser autobiográfico. Thomas Bernhard ofrece de manera indirecta una posible aproximación en sus Relatos Autobiográficos, la exaltación de la supervivencia puede conducir a reconfigurar nuestros modelos de conducta, y es aquí quizás donde la película presenta su lado más interesante. “Jaime siempre fue distinto a nosotros” comenta sobre el principio una de los personas entrevistadas sugiriendo su oculta homosexualidad. La película parecería encaminarse en la sustentabilidad ignominiosa del cine como objeto de purga personal, y muy pronto la abandona. El registro de archivo comienza a ser manipulado y el pasado familiar ya no cuestiona ni al pasado ni a la institución familiar, la opresión es aún un presagio que lejos está de ser saldado. Sobre el final, la directora interroga a su hijo, ¿qué es algo maravilloso?, “ver algo que nunca vi por primera vez”. Es un buen punto de partida.
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