BlacKKKlansman | Spike Lee (2018)
CRÍTICASBlacKKKlansman
por Alejandro Sánchez Moreno
alesanchezmorenolh@gmail.com
BlacKKKlansman
Spike Lee
USA, 2018, 135 minutos
Estrenada en Argentina como “El infiltrado del KKKlan”, BlacKKKlansman, la anteúltima película del director afroamericano Spike Lee, fue estrenada en el Festival de Cannes de 2018, obtuvo allí el Gran Premio del público y otros galardones en el Festival de Cine de Locarno. El film está basado en hechos reales. Es la historia de Ron Stallworth, el primer detective negro de la policía de Colorado Springs en la década del 70. Logro infiltrarse en las filas del Ku Kux Klan local y llegó a entablar relaciones con David Duke, ex gran mago y jefe de la organización en ese momento. La pregunta del millón es ¿cómo logró infiltrarse siendo negro?. Manteniendo su identidad oculta con llamados telefónicos a los líderes del grupo y enviando a otro agente-blanco-encargado de adoptar su identidad durante sus visitas a las reuniones secretas. Con este método logra infiltrar a la organización con éxito y evitar un atentado contra una de las líderes locales de las Panteras Negras.
El papel de Ron Stallworth está interpretado por John David Washington -hijo de Denzel Washington- y el policía blanco que adopta su identidad en las reuniones secretas por Adam Driver-un actor en ascenso. Spike Lee participa de la elaboración del guión, que está basado en el libro homónimo publicado por el propio Stallworth en 2014.
Para narrar la historia, Lee utiliza recursos del cine de denuncia, el drama basado en hechos reales, el buddy film (película de amigos), el policial, el ensayo histórico y la comedia.
La película contiene varias miradas cinéfilas. Comienza con una escena de una película canónica como lo es Lo que el viento se llevó. El personaje femenino camina entre una multitud de soldados heridos y moribundos, cuando la cámara se eleva vemos la bandera que representa al bando sureño que defiende la esclavitud, hecha jirones. En otro momento de la película, durante una reunión de iniciación del Ku Klux Klan, se proyecta otra película considerada entre las mejores de la historia del cine. Estamos hablando de El nacimiento de una nación, de Griffith. Los acólitos la celebran por los comentarios racistas que contiene. Recurriendo al montaje paralelo, del que hace uso Griffith en la película mencionada, la escena se combina con otra donde el personaje que interpreta Harry Belafonte relata una masacre racial de la que fue testigo en su juventud. De esta manera Spike Lee realiza un doble juego, critica El nacimiento de una nación por su contenido racista, pero a la vez la reivindica por su utilización del lenguaje cinematográfico, del cual Griffith fue uno de sus principales pioneros. Paréntesis aparte una película del 2016, llamada provocativamente El nacimiento de una nación, del director Nate Parker, relata la rebelión de esclavos ocurrida en 1831 en Virginia.
En otras escenas hay menciones directas al boom que el cine protagonizado por la comunidad afroamericana tuvo en la década de 1970 en los Estados Unidos.
La narración es potente y visceral. Claramente es una película política que toma partido contra el racismo, cuestión de mucha actualidad en el pasado y el presente de su país. Spike Lee, que ya trató el tema del racismo en los EEUU en películas como Haz lo correcto, Fiebre de selva, Malcolm X, la reciente Chi-Raq y Cuando los muelles se rompieron (sobre la inundación que arrasó Nueva Orleans, golpeando sobre todo los barrios populares), vuelve sobre el tema en esta película.
BlacKKKlansman culmina con imágenes reales del atentado fascista en la localidad de Charlottesville del Estado de Virginia, en el año 2017, donde un militante blanco supremacista atropelló con su automóvil una manifestación antifascista, asesinando una mujer y dejando decenas de heridos. El atentado puso de manifiesto que las actividades de los grupos fascistas en los EEUU son apañadas y fomentadas desde el Estado. El presidente Trump, refiriéndose a estos hechos, condenó “la violencia” en general, poniendo un signo igual entre la manifestación y el asesino; por negarse a condenar este atentado, Lee lo trató de “motherfucker” en la ceremonia de entrega de premios en Cannes.
A su turno, en una entrevista a Rolling Stone sobre la película, Lee señaló que “esto no se trata solo de los Estados Unidos de América. Esto está sucediendo en toda Europa: Gran Bretaña, Francia, Italia, el auge de los neonazis en Alemania. Quiero que la gente entienda eso. Este ascenso de grupos fascistas de derecha no es solo un fenómeno estadounidense” (2/8) –una idea repetida en otros muchos reportajes y declaraciones.
En la actualidad Estados Unidos y gran parte del mundo están conmocionados por un nuevo asesinato racista. El asesinato de George Floyd ha desatado rebeliones a lo ancho y largo del planeta. En Londres los manifestantes arrojaron al rio estatuas de celebres próceres de Inglaterra, que fueron o reconocidos traficantes de esclavos o partidarios de la discriminación racial.
Por lo tanto, esta película de Spike Lee, siempre preocupado y ocupado por el problema racial tiene múltiples referencias a la actualidad política de Estados Unidos y de gran parte del mundo.
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