CICLO GRANDES DIRECTORES (4): JACQUES TOURNEUR: MAESTRO DE LA CLASE B
CICLOS . GRANDES DIRECTORESEl (otro) Hollywood : EL LADO B
por Rodrigo Buedieman
“¿Cuál es el sitio que piensa ocupar en la historia del cine?
– Ninguno… Soy un realizador muy mediano, he hecho mi trabajo lo mejor posible, con todas mis limitaciones.”
La respuesta pertenece al propio Jacques Tourneur, hijo del prolífico también director francés Maurice Tourneur. No creo que sea por modestia, probablemente es como siempre se ha sentido: una pieza dentro de una maquinaria que siempre se ha empecinado en reducir la construcción de una película a funciones: en este caso, la de director. Sin dudas Tourneur ha tenido limitaciones, pero de ninguna manera en su capacidad como director, más bien en tanto condiciones de producción que permiten la concepción de un film.
Siempre me ha gustado pensar a ciertos cineastas dentro de una categoría poco rigurosa: directores “todo terreno”, directores que han hecho de todo dentro de un sistema de imposiciones. Han cumplido diferentes roles (montaje, asistencia de dirección) y luego como directores han incursionado en prácticamente todos los géneros. Jacques Tourneur, al igual que Robert Wise (quien también estuvo dentro del clan Lewton), aplican a dicha categoría. Muy acertado en su apelativo, Scorsese llamó a estos directores “smugglers”, contrabandistas con menos dinero, y más libertad, que engañaron y se salieron con la suya. Transformaban material de rutina en una expresión personal. Tourneur incursionó en lo fantástico, terror, aventuras, comedia, western, espionaje, policiales, noir; hasta llegó a filmar en Argentina una anómala película en defensa del gaucho titulada Way of a Gaucho (1952), donde al protagonista lo llamó Martin, en clara referencia al Martin Fierro.
En el cine de Tourneur siempre coexisten dos emociones o sentimientos opuestos, un interior que lucha por interpretar una verdad, pero esta ambivalencia no hay que entenderla como inapetencia narrativa a la hora de construir un relato dentro de las coordenadas de un género, siempre es una ventana abierta para que el espectador explore.
Las películas que componen el ciclo “Maestro de la clase B”:
LA MARCA DE LA PANTERA (Cat People, 1942)
Primer film para la RKO en sociedad con el productor Val Lewton. Según palabras del propio Tourneur: “Lewton era un idealista que tenías ideas imposibles, era un poco como Langlois, yo soy todo lo contrario, un pragmático”. Es indudable que esa unión hizo posible esta maravillosa película sobre una mujer que siente que puede transformarse en pantera.
La marca de la pantera (junto a algunos otros films), dieron origen al llamado “cine B” o “cine serie B”. A causa de la depresión del ´29 en Estados Unidos, se vio acrecentada una caída de la audiencia en salas. Las Majors se vieron obligados a reformular su sistema de producción y exhibición, y comenzaron a pasar dos películas al precio de una. La principal atracción era la película que se denominó clase A, y la segunda película que contaría con un presupuesto reducido, es la que se llamó clase B. La RKO creó un departamento especial de cine clase B, dejando a cargo de dicho departamento a Val Lewton. La marca de la pantera fue el primer film dentro de estas premisas con un presupuesto de apenas 130 mil dólares, llegando a recaudar unos tres millones. Cabe mencionar que la película Soberbia (The Magnificent Ambersons, 1942) de Orson Welles, se filmó el mismo año, financiada por la misma productora como film clase A, resultando un rotundo fracaso comercial. De hecho la filmación de La marca de la pantera reutilizó parte del decorado de Soberbia.
A lo largo de todo el film la doble emoción intenta hacerse presente en cada escena. Es una emoción dubitativa, ambivalente, por eso es una película de dudas, sombras y oscuridad. El reino de las sombras y el fuera de campo pone en tensión el doble sentimiento que no se decide por ver la luz. Lo que vemos y oímos, no es necesariamente lo que percibimos.
El autor se hace presente: persecución en el callejón. Una de las protagonistas vuelve a su casa caminando. El personaje interpretado por la actriz Simone Simon la comienza a seguir. La cámara se detiene, comienza el orden de la presencia: qué vemos de lo que escuchamos y qué escuchamos de lo que vemos.
YO DORMÍ CON UN FANTASMA (I Walked with a Zombie, 1943)
Segunda película en colaboración con Lewton para la RKO. Conviven dos mundos, el de los vivos y el de los muertos. “Ten piedad de los muertos y otorga paz y felicidad a los vivos”, se dice en algún momento del film, “la mujer era perversa y estaba muerta en vida”. Betsy (la joven enfermera), recurrirá al culto religioso vudú para intentar volver del trance a Jessica (zombie). Al igual que en La marca de la pantera, “lo sobrenatural” es el temor bajo la superficie de la vida ordinaria, esto es: no siempre es muy claro cómo deben interpretarse los eventos. Existe la creencia de un orden que rige el mundo y cuando se presenta un hecho que excede nuestro entendimiento, nuestra concepción vacila creando nuevas estructuras de sentido. Del interior del ser humano brota su complejidad.
El autor se hace presente: secuencia del ritual vudú. La transición por el bosque de sombras hasta el lugar donde se concreta el ritual concentra el talento de Tourneur en imágenes lo que muchas veces es difícil poner en palabras.
RETORNO AL PASADO (Out of the past, 1947)
El éxito comercial de La marca de la pantera, le valió a Tourneur la posibilidad de hacer películas serie A. Si bien se pudiese haber programado en este ciclo El hombre leopardo (The Leopard Man, 1943) para completar lo que puede llamarse una trilogía dentro de las coordenadas serie B Tourneur/Lewton/RKO, es interesante comparar Retorno al pasado, en su estatus de serie A, con los dos films precedentes; demuestra que el genio de Tourneur es posible en cualquier de sus posibilidades.
A los pocos minutos de la película, ya está definido su devenir: Jeff (Robert Mitchum) debe resolver problemas de su pasado. Tourneur ve en el retorno el equivalente cinematográfico de pensar la ambivalencia en el personaje. El retorno no es solo la posibilidad de saldar deudas, sino de resolver la lucha entre el pasado (oscuro) y el futuro (esperanzador). El uso del extendido flashback no pretende hacer avanzar el relato, sino mostrar que dos valores distintos coexisten y deben ser resueltos: la femme fatale (el pasado), la estabilidad (el futuro).
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