LA CAÍDA DE LA CASA USHER: POE | EPSTEIN | CORMAN
CINE | LITERATURALO INFILMABLE
por Rodrigo Buedieman
La chute de la maison Usher
Jean Epstein
Francia, 1928, 63 minutos
House of Usher
Roger Corman
Estados Unidos, 1960, 79 minutos
La caída de la Casa Usher
(Cuentos Completos, traducción Julio Cortázar)
Edgar Allan Poe
Editorial Edhasa, páginas 243-264
Si se traza una línea entre dos puntos, se forma un segmento. El recorrido entre un punto y otro tiene tantas formas posibles como la imaginación permita. El pasaje de un texto escrito a un texto audiovisual pone en ejercicio la inventiva del director, eso es evidente, pero también hay otros elementos que entran en juego que evidencian problemas a resolver. Problema entendido como una disyuntiva de elección de procedimiento de un director de una película que equipare la forma elegida de un autor, de por ejemplo un cuento o una novela.
Poe empieza así:
“Durante todo un día de otoño, triste, oscuro, silencioso, cuando las nubes se cernían bajas y pesadas en el cielo, crucé solo, a caballo, una región singularmente lúgubre de país; y al fin, al acercarse las sombras de la noche, me encontré a la vista de la melancólica Casa Usher. No sé como fue, pero a la primera mirada que eché al edificio invadió mi espíritu un sentimiento de insoportable tristeza.”
¿Cómo poner en imágenes la “insoportable tristeza” cuando ve la mansión?, o quizás, ¿se puede o debe poner en imágenes?. Una residencia que tendrá una presencia fantasmagórica y será la única locación del relato. Epstein muy tempranamente, y también Corman, pero por razones distintas, entiende que eso no es lo importante. Se trata de saber qué o por qué se pretende narrar.
Epstein empieza con una secuencia previa. Un hombre arriba a una taberna y pide ayuda para llegar a la mansión; y una carta, que funciona como intertítulo explicativo, introduce su condición de invitado a la residencia. Corman, que tiene la posibilidad del sonido, puede sintetizar, llega un hombre y se hace anunciar. La nubosidad fantástica que rodea la mansión presupone el estado que Poe propone en su relato.
El cuento es sin dudas introspectivo. La sucesión de los hechos es la sensación del narrador, la disminución de su incredulidad, y el incremento de una sacudida mental que la percepción no concibe como posible o real.
“Y entonces, transcurridos unos días de amarga pena, sobrevino un cambio visible en las características del desorden mental de mi amigo.”
En ese desajuste es donde hay que insistir, revisar la adaptación de ambas películas nos puede habilitar a persistentes problemas que aún hoy sigue sufriendo la adaptación. Y remarco sufriendo, porque la pregunta ya no es por qué realizar una adaptación, sino qué es lo que se va a adaptar. De otra manera, qué es lo que puede proponer el cine como lenguaje que el texto escrito no puede y no podrá alcanzar.
Lo atractivo de Epstein y Corman es la construcción de una imagen sugestiva, porque lo que sugieren es que el cuento les importa muy poco. Me animaría a decir que ni siquiera la figura del propio Poe les interesa, con el agravante que Roger Corman ha hecho un total de diez adaptaciones de sus textos.
“La ráfaga entró con furia tan impetuosa que estuvo a punto de levantarnos del suelo. Era, en verdad, una noche tempestuosa, pero de una belleza severa, extrañamente singular en su terror y en su hermosura.”
El párrafo pertenece a la última noche que los personajes habitan la mansión, momento importante del relato donde el elemento fantástico deja de ser un potencial. El carácter comunmente llamado “infilmable” es indiscutible. La “ráfaga que entra con furia”, que ambos filman, no presentaría grandes problemas, no así la “belleza severa de la noche”.
Corman toma a Poe porque le sirve y punto. La síntesis perfecta de un estado de sensaciones que construye el escritor, es una excusa para luego olvidarla y que el relato se encamine en cualquier dirección posible, en este caso con la ayuda de Richard Matheson. Toma una lógica constructiva aplicada al género que tanto ha experimentado.
Epstein resuelve otra aproximación, tiene plena consciencia que lo importante son las sensaciones, y que la única forma posible de lograrlo es no ilustrando el cuento. Lo trascendente es el intento de poner en imágenes aquello que induce la lectura, es de lo único que se trata. Y en este punto es donde se ve la grandeza de un director. Es una película muda y sin embargo escuchamos el sonido. El uso del ralentí y el despojo de la proporción del mobiliario permiten esa sensación, pero por increíble que parezca, Epstein film el sonido y consigue capturarlo, logra que se puede escuchar el sonido en su ausencia.
Sí, se puede sentenciar que el cuento es “infilmable”, pero también se puede afirmar que ningún texto lo es, y que su aproximación es infinita.
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