CICLO GRANDES DIRECTORES (6): JEAN-PIERRE MELVILLE
CICLOS . GRANDES DIRECTORESEL LOBO SOLITARIO
por Rodrigo Buedieman
“Soy perfectamente consciente de la extraordinaria deshonestidad que supone ser eficaz,
pero al espectador nunca se le debe permitir ser consciente de hasta qué punto todo está manipulado.
Debe estar hechizado, prisionero de la película“.
El cuerpo fílmico de Jean-Pierre Melville puede corroborarse en su propia cita. El dominio de la puesta en escena y la rigurosidad en los desplazamientos de cámara para que el espectador ubique su atención no donde quiera sino donde le sea sugerido, son marcas indiscutibles del director. Ahí radica su posible deshonestidad, el espectador es utilizado a fin de consumar la especificidad del relato, estar inmersos sin pestañear. La gran fatalidad del cine clásico norteamericano. La deshonestidad es discutible, al fin y al cabo, de eso se trata el cine, de tomar postura frente a la dominación del relato. La conciencia de Melville frente a la supremacía es irrefutable. Su cambio de apellido, si bien es extra-cinematográfico, no hace más que corroborarlo. Suplantó su apellido Grumbach por Melville en honor al gran escritor Herman Melville.